martes, octubre 18, 2005

Desconexión (re conexión)

Ya estoy en NY. Fueron dos semanas en la casa de Alejandro y ahora estoy en la gran ciudad. Aquí voy a salir un poco más y el clima lo favorece, no está lluvioso como antes. Tengo la facilidad de moverme en transporte público y caminando a donde quiera. La vida es a otro ritmo y voy a moverme un poco más. Ya hay plan para todos los días y la ventaja es que veo mucha más gente con toda la diversidad que NY incluye y es bien interesante.

Aquí a veces siento que hay mucha gente pero cada uno en la suyo y es como si se andara solo. Aunque es falsa la percepción, el problema es que yo mismo me bloqueo por miedo del idimoa y una agente de tránsito me ayudó a encontrar el MoMA y una señora que vendía souvenirs en la calle avisándole a otro transeunte que llevaba el maletín abierto me muestran que si existe la comunicación en esta ciudad.

Siendo ya la última semana de esta breve temporada por estos lados me doy cuenta que permanezco conectado a la tecnología, no ha siod en realidad un rato de completa desconexión. Porque está el internet permanente, revisando las noticias hablando con Clauz, escribiendo correos electrónicos. Es algo que me quedo debiendo en este viaje, una verdadera desconexión pero me aterra en realidad. La dependencia del contacto permanente con lo que pasa en Colombia, en la Serie Mundial de Béisbol y con un millón de cosas más me amarra tanto que me siento extraño sin tanto perendengue colgado.

Debería aprovechar al menos este día para perderme del mundo aprovechando la desconexión del idioma y de estar en país extraño. Aunque no sería necesario estar fuera de Colombia porque siendo yo tan asocial no es difícil la desconexión del resto del mundo. Al menos no tengo que pensar en gastar porque es solamente apagar el celular cuando esté en Bogotá e irme a un sitio silencioso. El probema empieza en cuento tiempo resisto el silencio sin meterle ruido yo mismo con mi cabeza.

Mientras tanto me voy a meter en medio del ruido de Manhattan para estar perfectamente aislado. Ha sido un viaje de paradojas, esta es solamente una más.

Viendo una exposición sobre Rusia en el museo Gugenheim, donde no dejan tomar ni una fotito, me preguntaba sobre la diferencia en la expresión de un artista plástico y un escritor. En la obra de los primeros se puede recibir un mensaje leno de sensaciones en fracciones de segundo. En la obra de un escritor enviar el mismo mensaje puede tomar páginas y cap}tulos. No siempre es tan radical, porque algunos artístas plásticos modernos expresan un millón de mensajes por segundo pero no los entiendo. Y debo remitirme a la explicación del cuadro, siempre breve e incompleta. Y existen escritores que condensan de manera magistral las ideas y en un una frase de dos líneas expresan lo que a mi por ejemplo me toma párrafos. Reconozco especialmente a los compositores, y cantautores. Están limitados en tiempos y palabras y logran una concreción maravillosa evitando que el público oyente se les escurra por el aburrimiento.

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