jueves, noviembre 03, 2005

La felicidad en medio del ruido

El Hermano mayor de este blog, "En Medio del Ruido", está cumpliendo un año. Más exactamente los cumplió el domingo pasado 30 de octubre. Y si el sitio se lanzó con el fin de ejercitarme en la escritura por qué no celebrarlo precisamente con un texto dedicado a él. No faltará quien diga que es el ¡Festival del autoelogio! Pues ojalá salieran sólo elogios porque como decía el famoso filósofo boricua El Sonero Mayor, Ismael Rivera, "En este mundo tan miserable si uno no se alaba, no hay quien lo alabe."

En Medio del Ruido empezó en un cuaderno que mi esposa Clauz, en ese momento todavía mi novia, me regaló para que copiara lo que me gustara de otros autores y también mis ideas propias. Como lo dice la entrada publicada el 16 de marzo me encontraba imbuido en medio de una algarabía de informaciones que me llegaban por todos lados y pensaba que lo que yo hacía lo realizaba mientras estaba en medio del ruido. Al principio era una especie de diario muy personal y cada texto contaba algo que de verdad era muy propio. A medida que ha pasado el tiempo con épocas de abundancia y otras de sequía en la producción literaria ha habido cambios notorios, pienso yo. Ahora escribo también de otros temas menos personales, siempre incluyendo mi toque porque al fin y al cabo la opinión está para no ser imparcial y objetiva y esto es pura opinión.

Y este primer cumpleaños con piñata y fiesta me encuentra en una etapa en la cual quiero dedicarme a la escritura. Encuentro comentarios que antes no veía en los que se cuenta que incluso los escritores medianamente famosos sufren económicamente por dedicarse a la escritura y sobre los concursos literarios amañados y empiezo a conocer que este camino que estoy tomando puede ser complicado pero me está dando las satisfacciones que necesité durante los primeros meses de este año y que no tenía en mi trabajo. Por eso este escrito de cumpleaños está en ¡Tómalo con Calma! y no en medio del ruido. Es aquí donde se escriben las vivencias e ideas que se relacionan con mi nueva vida, con el nuevo Mauricio Duque Arrubla. Tal vez nunca en mi vida había escrito tanto como ahora. Si recopilo lo que tengo en mis archivos puede ver que a lo largo de 15 años he escrito un determinado número de cosas que se hacían llamar cuentos o reflexiones. Ahora puedo estar escribiendo dos o tres entradas diarias para En Medio del Ruido o para este blog las cuales incluso estoy tratando de que sean publicadas en las páginas de opinión de los lectores en algunos medios de comunicación por Internet. No me pagan, es más como una carta al director pero tiene que pasar la crítica para poder ser publicados. Ya llevo uno, otro está en proceso de aceptación o rechazo (ya lo envié a Semana.com) y también rescribí un En medio del Ruido para participar en un concurso de la Revista elmalpensante. ¿Será uno esos concursos amañados, arreglados que se saben quien los va a ganar con anticipación? Pues como no es tan famoso y el premio es más simbólico puede que de verdad sea más o menos justo. La primera ganancia fue el esfuerzo de escribirlo muy bien. Aprendí mucho en ese ejercicio.

Si el objetivo de En Medio del ruido era tomar práctica con la escritura se va logrando. Cuando ya me sienta más cómodo y crea que lo estoy haciendo suficientemente bien para aventurarme en textos más largos empezaré a escribir literatura de ficción, cuentos o quién sabe, tal vez una novela. Esperemos cuántos cumpleaños me toma lograr mi primer libro, tal vez ni siquiera uno.... quién quita que sea una recopilación de las entradas en En Medio del Ruido porque a este ritmo va a haber material para algo bastante voluminoso. Lo importante es hacerlos con excelente calidad, revisarlos, re escribirlo y juzgarlos rigurosamente.

La mayor felicidad que me produce en Medio del Ruido es que ahora ando pendiente de las cosas que me sorprenden y merecen aunque sea una nota. Me voy acostumbrando a ver lo asombroso de la realidad diaria y me permite descubrir miles de cosas maravillosas que aunque no queden inmortalizadas en un texto, me alegran el rato.

Me voy a seguir disfrutando de mi felicidad.